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sábado, 4 de febrero de 2012

Barro


Barro.
Mezcla de aire, tierra y agua
Barro,
esa palabra, no suena dulce.
Pienso en el Pantanoso,
pienso en lo cenagoso,
pero pienso también
en la maravilla
de la forma en
su deformidad.
Amorfo y sin amor,
lavado por manos pías,
logra adobes y panes,
ranchos y techos,
y sobre todo,
lo muta a Amor.
Arte en el paisaje
en el horizonte campero
pletórico de barro.
Pisos de barro y
cocinas de leña,
la combinación de
los olores, colores,
la tierra misma.
Las manos se hunden,
se funden,
lo calan,
se ahogan en el barro
para disipar el aire
atrapado en él.
Viene con pasto mezcladito
sol y calor,
y conforma la forma
de formas añoradas.
Barro.
Casi nada.
Casi todo.
Todo en la nada.
De la naturaleza venimos
y allí vamos
Al barro presuntuoso
blando y dulce.
La última morada.

María Constanza Cantúa ®











Murcíelago

Murciélago

de Maria Constanza Cantua, el Sábado, 4 de febrero de 2012 a la(s) 2:24
Murciélago  de María Constanza Cantúa.

Alas gigantes,
uñas o pezuñas en el allá,
dientes afilados,
ciegos,
radar
ecosonda,
brújula?
Cavernas oscuras
de pensamientos blancos
bordean las rocas
rozando, zumbando.
El ruido sibilante
del imparable
de velocidad irreal
sin axioma.
El radar anda solo.
No hay bastón blanco,
se lo llevó el cuco.
La corriente fría
de la opacidad,
marca olas pequeñitas
en el sobrevolar
de la sentencia.
Feroz, feroz,
sólo de aspecto.
Condenado al inframundo
sobrevuela el arco iris,
ese, ese que no tiene final.
Oscuro, con rabia intrínseca
jadeante y anhelante va,
solo va,
solo.
Cabeza abajo
en el crepúsculo,
le chorrea la materia gris.
Se limpia,
se,
es.
Se es limpio
El radar acompaña.
no necesita ver.
Ve
sin ver.
Que no vea
lo que no hay que ver.
Que vea el paseo
del lluvioso,
del siete colores,
el final.
Sin quererlo
sin desearlo
sin pensarlo,
pasa,
esto pasa,
pasa.
Va pasando…
El radar indica
*PARE*
Ya paró.
Murciélago bello,
ángel de la oscuridad,
con blancura aun va.
Va.


María Constanza Cantúa ®






































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