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martes, 10 de mayo de 2011

Bellos y Cuqui, mis heroes

Mis bellos y Cuqui
Stardust, Dave Brubeck
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Bellos y Cuqui


Bellos y Cuqui

Bellos y Cuqui
de Maria Constanza Cantua, el Martes, 10 de mayo de 2011 a las 22:33


Ayer viajaba por la ruta que une Montevideo-Punta del Este.
Noche serena.
A un octavo de camino, suena el celular.
Era mi hijo contándome que nuestra perra cuqui se había perdido.
La voz era con temple y con temple me dijo que me despreocupara,
que ya iba a aparecer.
Es una pequeña salchichita de 10 años.
Lloré todo el camino, desahuciada.
Al llegar, llamé a ver si había aparecido.
Nuevamente mi hijo con firmeza en la voz, me dijo que no,
Su firmeza le dio resistencia a mi desesperanza. Sentirlo entero.
Sufría por ellos y por Cuqui.
Cuqui apareció a las 7 horas de perdida.
Esta nota no es para Cuqui, que la amamos a morir.
Esta nota no es de mi dolor por la perdida temporaria.
Esta nota Es para contar la fuerza, el valor la entereza con llanto de mis mellizos. Mis Hijos.
Mi hijo salió en medio de la noche gritando el nombre de la perra.
Llorando.
Caminó y caminó cuadras hasta llegar a la plaza del barrio.
Se encontró con su amigo pasea-perros Luciano y le contó lo que pasaba.
Luciano le recomendó que publicara una nota en reddemascotas.com.
Volvió corriendo, se lo contó a su hermana,
y entre los dos buscaron y bajaron fotos de cuqui,
publicaron la nota con pelos y detalles.
Ya arreciaba la noche tarde.
Los dos llorando pero implacables navegando por Internet,
sumergidos y esperando una noticia salvadora.
Mi hija, con lagrimas imparables, bajó fotos e hizo folletos.
Salió a colgar carteles por el barrio.
Llorando, valiente, con esperanza, con esperanza de amor.
Más noche y la noche cerrada les apretaba los corazones.
Nada de esto me dijeron.
Me cuidaron.
Me duele no haber estado.
Me llena de amor y orgullo no haber estado.
Con lágrimas y sollozos se acostaron.
Mis hijos tienen 16, Constanza e Ignacio.
Cuqui los acompaña desde los 5.
Ellos aman a Cuqui y Cuqui les devuelve el cariño con todas las movidas de cola del mundo.
Tarde, muy tarde sonó el timbre de la casa.
Una luz
Una esperanza
Un hilo de confianza
Hilo que ellos nunca cortaron
Se lanzaron escaleras abajo a abrir la puerta en pijamas.
Una Dama sostenía bajo su brazo a la amada Cuqui.
Gracias Dama de los perros!
Que alegría tuvieron esos niños!
No los vi pero imagino sus caras,
el alivio,
las caricias prodigadas entre si.
Imagino e imagino a mis hijos a la distancia.
Redefino la unión unívoca madurada en sus corazones.
Bosquejo lo bello de sus almas aladas, angeles para mí.
Imagino sus existencias desde aquí, desde la distancia, la bondad.
Nada mas me hace falta saber de ellos.
Es un hecho pequeño-gigante que a mi me revienta de orgullo las postales de sus caras en mi cerebro.
Cuqui está a salvo.
Con gracia, amor, temple, dolor y llantos la recuperaron.
Solo ellos, solos.
Mis mojones.
Mis arcángeles.
Mis faros, los que iluminan mi mar.
Gracias vida por darme dos hijos.
Dos tesoros, mi única e irrepetible creación.
Bravo!
Los amo.
Mami.

María Constanza Cantúa ®


Somewhere over the rainbow by Eric Clapton