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jueves, 16 de diciembre de 2010

Kierkegaard, Sartre y mi atrevimiento

Kierkegaard, Sartre y mi atrevimiento.
.de Maria Constanza Cantua, el jueves, 16 de diciembre de 2010 a las 0:27.Kierkegaard, Sartre y mi atrevimiento.


Kierkegaard, Sartre y mi atrevimiento.

Kierkegaard:
El hombre tiene que elegir. Eso es libertad. Distintas posibilidades por las que tenemos que optar. No tenemos obligación de hacer esto o aquello y eso nos produce angustia, que es lo que sentimos ante el vacío de la libertad y corresponde al propio vacío de la muerte.

Sartre:
El ser humano esta reinventándose permanentemente por sus sucesivas elecciones.
La “mala conciencia”, hay malas conciencias cuando yo analizo las elecciones como si no fueran decididas por mi, como si fueran consecuencia necesarias de una serie de circunstancias, como si yo no fuese libre, como si estuviese gobernado por la necesidad.
El esclavo puede elegir no obedecer, aunque eso signifique ser ejecutado.
Si obedece es porque prefiere vivir aunque sea como esclavo antes que morir.
Si alguien dice para justificar determinado accionar que no “”puede hacer otra cosa””, eso es “”mala conciencia””. La mala conciencia es no hacerse cargo de las propias elecciones, actuar como si uno no estuviese eligiendo nada. Digo no puedo hacer esto, cuando en verdad elijo no hacerlo. Esa es la estructura de la que Sartre llama “mala fe”, o “mala conciencia”.

Ambas son interpretaciones de Fernando Savater, la de Kierkegaard y la de Jean Paul Sartre.

Ahora yo digo y el humor?
Que diría Sartre o Kierkegaard del humor?
Humor vítreo.
Humor acuoso.
Humor emanado de herida.
Humar malo.
Humor bueno.
Que diría Kierkegaard o Sartre de:¨No puedo decirte nada, o nada me sale”.
Creo que ambos dirían que eligen no decir nada y que eligen que no les salga nada.
Los humores y las circunstancias.
Las circunstancias y los humores.
Siempre hay circunstancias, que levante la mano el que no las tiene, a no ser que viva en una burbuja inyectada de alegría continua y felicidad, algo así como un nirvana.
Siempre hay circunstancias y estas no coinciden con el mal humor, con el buen humor, con buenas elecciones, con malas elecciones, son elecciones y punto y nada tienen que ver con las circunstancias.
Elegimos estar de diferentes humores.
Si nos pasamos la vida con circunstancias, cuando somos responsables de lo que generamos, de las *malas elecciones*, de la *mala fe*?
Mala fe.
Mala conciencia.
Mal humor.
Elijo hacerte bien.
Elijo hacerte mal.
Elijo reaccionar así.
Elijo un poco de maldad, para que haga bien?
Elijo que no me guste.
Elijo amarte, no importa la circunstancia.
Elijo no amarte, no importa la circunstancia.
Elijo no retarte, porque no depende de las circunstancias.
Elijo retarte, porque no depende de las circunstancias.
Elijo posicionarme en un lugar de mal humor, de debilidad, de inseguridad, de felicidad, de alegría, de tristeza infinita. Porque si. Lo elijo.
No hay circunstancias.
Las circunstancias no importan jamás.
Porque no existe tal cosa como * El Hombre y sus Circunstancias*.
Es el justificativo y la explicación mas banal, mas sonsa, la menos expandida.
En fin, la más torpe.
Seamos inteligentes, lo somos?
Creemos serlo.
Simplemente elegimos mal porque quisimos.
Simplemente elegimos bien porque quisimos.
Nada nos empuja.
Nada empuja a la nada que no es empujada por una circunstancia que es la nada mismo.
Sartre, amigo
Me ayuda tu pensamiento.
Me alivia a veces.
No me alivia a veces, creí demasiado en las circunstancias mías y en las ajenas, que no son mías ni son ajenas, solo la nada.

Lo creí demasiado y demasiado tiempo.
Solo la libertad de elegir.
Lo que queremos y de la forma que lo queremos.
Seremos más cuidadosos?
Quizás un poco mas concientes.
Más conciente de mí, de otro, de todos, del amor y el no amor.
Siempre será una elección y siempre libre, aunque creamos todo lo contrario.
Mi opinión personal, y disculpen mi atrevimiento. Soy una atrevida, lo sé.

María Constanza Cantúa ®






A way of life, de Hans Zimmer