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lunes, 1 de noviembre de 2010

VALIOSA ESPERA

VALIOSA ESPERA
.de Maria Constanza Cantua, el El Lunes, 01 de noviembre de 2010 a las 2:33.ESPERA VALIOSA


VALIOSA ESPERA

Sí que lo es.
Esperar es tiempo.
Una forma de transitar ese tiempo.
Mi tiempo, su tiempo.
Tiempo de los dos.
A veces creía que no.
A veces creía que si.
Ir y venir en el tiempo.
Ir con él.
Venir con él.
Ir sin él.
Venir sin él.
Los tiempos, llegan.
Tiempos de entendimiento.
Tiempos de comprensión.
Tiempos de amor.
Darse cuenta, darse cuenta.
Amor, pasión calmada y calmada pasión
Pasión fuerte en la calma y nuestra pasión fuertemente calma.
Se torna dulce.
Se torna acompañada.
Se torna protegida.
Se torna fresca.
La espera valiosa.
El tiempo valioso, valiosa espera, valioso camino, valioso tránsito de ese camino.
Camino trágico y tierno, celoso de amor, celoso de celos, celoso de pasados.
Pasados que no son nuestros o los nuestros se confunden con ellos y ya se hacen uno. Una sola historia.
Espera de un hilo, atado al hilo de otro corazón.
Corazón dañado.
Corazón curado.
Corazón con cicatrices.
Mías, de él de él y mías.
Dos corazones en una espera.
Dos comprensiones mágicas.
Mágico amor.
Amor mágico, maduro, nuevo, antiguo, adolescente.
Mágica es la espera de algo que siempre valió la pena
Pena que no creíamos valdría.
Pena que no es más pena.
Aunque habrá más penas.
Atadas a dos corazones.
Un hilo atado a dos corazones.
Un hilo fuerte.
Un hilo de varias fibras.
Fibras que se mezclan con las del corazón.
Haciendo una maraña de hilos y fibras musculares cardiacas.
Bellas, añoradas, tan anheladas.
Tanto tiempo.
Fue valioso cada uno de sus momentos.
Hoy es más.
Mañana será más.
Y si un día no es más, será el corazón mezclado, enmarañado más bello, más mágico.
Simplemente te amo.
La espera, el camino, fue y es valioso.
Un tesoro indestructible.
Un tesoro,…como ese doble corazón.


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MI Hermano

Mi Hermano
.de Maria Constanza Cantua, el El Lunes, 01 de noviembre de 2010 a las 1:41.Mi hermano


Mi Hermano


Lo quiero.
Tipo solitario si lo hay.
Vive en el campo.
Convive con la naturaleza.
Convive con lo áspero del trabajo de campo.
Mi hermano, tipo bueno, un poco detenido en el tiempo.
Lo adjudico a su solitaria vida.
Vida que eligió.
A veces lo envidio.
Cría animales.
Cría caballos.
Cría caballos pura sangre.
Son su pasión, la sangre pura de los mas puros.
Su hija es su pasión.
Los caballos y su hija.
Su hija y los caballos.
El hace una fusión extraña, poco frecuente con la crianza de su hija y de los caballos.
Una fusión sana, diferente.
Ama a su hija más allá de lo imaginable.
Ama a los caballos más allá de lo imaginable
Los caballos son sus hijos, cada uno de ellos.
Tanta pasión por lo que hace, tanta,...abstraído sempiternamente de lo circundante.
No le interesa el dinero
Le interesa criarlos, cuidarlos, amarlos y luego con dolor desprenderse de alguno de ellos.
Es un tipo solitario.
No es un tipo solo.
Lo acompaña su acuñada vida interior, un enigma para mí.

Lo acompaña la naturaleza, lo abriga, lo escolta.
Sabe de soledad y la soledad sabe de él.
No es rústico pero parece.
Es conocedor, es sabio, es idóneo, es baquiano y con sensato discernimiento.
Sabe de campo, sabe de caballos y sabe de su hija.
Una hija que lo acompaña incondicionalmente.
Una hija que lo ama incondicionalmente.
Una hija muy parecida a él.
Una hija buena, buenaza como él.
Una hija silentemente divertida.

Ama igual que él a los caballos, a los bichos de campo, a la naturaleza.
Mi hermano.
Lo admiro.
No siempre lo hice.
Quizás mi madurez por mi edad me haga desvelar el valor de la diversidad, el sabor distinto en distinción de la soledad que eligió.
Mi hermano.
Buen hijo, buen hermano, buen padre y buen compañero de su compañera.
Construyó lo que quiso.
Y lo que construyó lo respeto.
Mi hermano, que lo sea es una suerte.
Te quiero.
Sos cabrón y te quiero.
No te lo digo seguido, creo que no te lo digo nunca.
Te quiero mucho.
Ahora, antes y siempre.
Hoy más que ayer Julio María.

Un beso cargado de años de mucho amor de tu hermana.


María Constanza Cantúa ®   


                  La edad del cielo de Jorge Drexler

Cuento de HOMBRE importante

Cuento de HOMBRE importante.
.de Maria Constanza Cantua, el El Lunes, 01 de noviembre de 2010 a las 0:48.Cuento de HOMBRE importante



Cuento de Hombre IMPORTANTE


Este hombre es importante.
Este hombre fue importante para mí.
Este hombre tenía cuentos divinos.
Lo conocí de pequeña.
Trabajaba en un barco ballenero.
Fue ballenero hace una centuria, allá en los principios de su juventud, en los principios de los tiempos.
Me contó de la Antártida de los hielos eternos, de los fríos eternos.
Me contó de un trabajo sacrificado, de hombres sacrificados, de hombres rústicos.
Zarpaba del puerto de Montevideo.
Barcos que surcaban el Atlántico profundo, lejano, salvaje, el de olas gigantes.
Con sus cuentos imaginé a ese Atlántico indómito, desconocido y tormentoso.
Allá lejos, en los fríos y hielos eternos, lo hicieron bajar del barco a un témpano a buscar charque.
En su intento cayó al mar cortante, filoso, al azul intenso y añil.

Agua que le quitó la respiración de un tirón.
El charque quedó en el témpano.
Abrió los ojos, vio sumergido al témpano, al monstruo escondido.
Blanco, blanco brillante, un titán flotante, contrastando contra el azul profundo de los mares del sur del mas sur de los mares.
Abrió los ojos.

Lo sacaron casi inmóvil, casi muerto.
El instante duró un siglo y su vida jugó un siglo y un instante con tánatos y con el frío mas frío de todos los fríos.
Arrastraron su cuerpo congelado por el barco.

Arrastraron su cuerpo congelado a las entrañas del mismo, a la caldera.
En la entraña calentaron su entraña.
Lo taparon con mantas, le dieron whisky áspero.

El calor fue en aumento.
Destapó sus pulmones, inflamó la vida.
Lo mas frío de lo frío no pudo con él.

El hielo de todo el hielo no pudo con él.
Él pudo con el Atlántico más Atlántico.
Abrió los ojos con miedo, con mucho miedo.

Abrió los ojos con mucha valentía, con bastante valentía, con poca valentía.
Era marinero, no sabía nadar.
Abrió los ojos a su muerte segura.
La esperó.
No vino.
No vino.
Vivió y me lo contó.
Adoro este relato.
Quizás es tonto para otros.
Me lo contó el hombre más bueno.
Me lo contó un hombre importante para mí.
Me lo contó un hombre que me dio ternura.
Un hombre rústico y tierno.
La rusticidad extrema muchas veces acompaña a  la ternura extrema.
Quizás su cuento fue magnificado por mi memoria.
Quizás su cuento fue magnificado por su memoria.
Yo le creí cada gota de su relato.

Cada gota salada de la furia del mar.
Cada cristal del hielo de los hielos eternos del sur.
Yo le creo, por qué no?
Hombre bueno como éste, conocí poquitos.
Me quiso, lo quise.
Le creo.
Treinta años, su cuento me acompaña aun.
Salud Carlitos donde estés, que esa caldera del barco te siga dando el calor que te salvó.
Salud Carlitos, que tu coraje me de un poquito de coraje, el que temo no poseer en mi hora.
Un abrazo interminable de tu nieta que no era tu nieta.

María Constanza Cantúa ®





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