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viernes, 1 de octubre de 2010

Cuentos NO clásicos

Cuentos NO clásicos.
.de Maria Constanza Cantua, el El Viernes, 01 de octubre de 2010 a las 0:08.Cuentos NO Clásicos



Cuentos NO clásicos

Mis mellizos, 

mis cachorros me dieron mucho trabajo cuando eran pequeños.
Ya a los tres o cuatro años, el trabajo de lomo partido fue menguando.
Pero a estos cachorros, les costaba dormir. 

Gracias adolescencia, duermen como lirones, ahora!
Esto, lo dice alguien que añora, 

anhela, desea, aprecia y bendice el arte del buen dormir.
Mis hijos no eran de caer desplomados de sueño.
Más bien había que darles un plomazo para que durmieran. 

Mi necesidad de sueño, me hizo recurrir a cosas variopintas.
Contarles cuentos clásicos, leídos o de memoria, no funcionaba con ellos.
Ni Caperucita Roja, ni Cenicienta, ni Blancanieves, ni El País de las Sombras largas.

Ni siquiera cuentos de Verne, Dickinson o Stevenson.
Nada.
Eran inocuos.
Vacío de contenido para ellos.
Aburridos.
Como si los mellizos vinieran con una idea preconcebida del cuento clásico, 

ya se lo sabían,
Me preguntaba si tenía que ver Platón y el mundo de las ideas antes de que el Ser sea Ser?
Nada les gustaba de lo que le leía o contaba!
Pero,... hubo una luz sutil y delgada.
Mi necesidad de creatividad no fue inspirada en ese amor maternal que mas de uno debe suponer.
No.
Yo también quería dormir y sólo lo podía hacer si ellos lo hacían.
Empecé a inventar cuentos.
Increíble, logre captar la atención de ambos.
Cuentos rarismos, créanme.
Los protagonistas, eran siempre ellos.
No siempre héroe ni heroína.
Más bien al revés
Cargados de avatares y vicisitudes.
Tenían que encontrar soluciones y pasajes ocultos.
No siempre lo lograban.
No se daban por vencidos fácilmente.
Y en ese tratar y tratar de llegar a la cima de una montaña, 

a la llave de un tesoro, 
al caballo alado, 
a las flores acuáticas, 
a los delfines azules, 
a la alfombra voladora sobre la playa Pocitos, 
se iban apagando en lo onírico, 
sus fuertes parpados tintineaban, 
y soñaban, 
casi despiertos-dormidos el pasaje mágico a la noche blanca.
No era una tarea fácil.
Ni para mí, ni para ellos.
Finalmente se dormían, 

creo y quiero creer yo, que ensoñadoramente.
Llegaba el sueño.
A dormir.
A dormir también yo.
Agotada, aclaro, pero…
rodeada de delfines
Caballos alados.
Peces multicolores.
Corales marinos abrigados,
y armaduras brillantes de Los Caballeros de los sueños!
 Nada clásico, por cierto.


María Constanza Cantúa ®


If on a winter's night, Sting